lunes, 20 de febrero de 2023

Hoy 18 de abril del 2022 me siento triste. Se me hace difícil encontrar una razón para seguir luchando. Me siento cansada, desanimada, desesperanzada, inútil, cometiendo miles y miles de errores, y jamás me he podido sentir agusto con lo que hago. Por eso es que constantemente me pregunto ¿para qué vine al mundo si no conozco mi propósito?, o más bien, ¿para qué existo si no logro disfrutar y gozar la vida que me han dado?

Por cada cosa buena que sucede en mi vida, hay una cosa mala intensificada, tan grande que logra borrar toda ilusión y expectativas en mi. 

¿Será que sufro de depresión? Pues actualmente no he sido diagnosticada con dicha patología, pero creería que sí. O al menos, cada vez que experimento una situación que me genera tristeza, siempre se antepocisiona a la felicidad, haciendo de ésta algo minúsculo, insignificante, o mejor dicho, de poco valor para ser apreciado.

Ahora que escribo se me salen las lágrimas, porque no puedo visualizar o dimensionar un momento feliz o alegre que sea de tal magnitud que me calme, así sea por un pequeño momento. No logro concentrarme, no logro poder estudiar, o ver un video. Me siento a ladefensiva, con rabia, con ira, cansada, harta de que todo me salga mal; siento impotencia al pensar que personas que obran mal, tipo: infieles, abusadores, mentirosos, ladrones, disfrutan su vida o al menos aparentan estarlo y yo no soy capaz de aparentar, quizás porque al menos, en el poco amor propio que me tengo, aún soy leal a mis sentimientos y no salgo con la hipocresía de mostrar algo que no tengo. 

Estoy desanimada, y muy triste. No quiero pensar en que la tristeza ganará y se llevará mi vida algún día, consideraría que sería caer muy bajo, porque amo tanto a mi familia que no soy capaz de causarle ese dolor. Y quiero refugiarme en mi familia, pero no puedo, porque no quiero ser una carga, no quiero que me pongan de prioridad y se empiecen a preocupar por mí cuando hay cosas mas importantes por las cuales preocuparse. No quiero ser una carga emocional para nadie.

Me encantaría tener a quien culpar, al menos mis emociones estarían direccionadas a un punto en especifico y tendría, quizás, mejor control de ellas, pero al estar tan dispersas, se me hace casi que imposible manejarlas.


Diario, 18 de abril de 2022 14:57

jueves, 9 de junio de 2016

Recuerdo de dos desconocidos que hicieron el amor

Breve fue el encuentro entre dos seres que no sentían amor. Breve fueron las pláticas para llegar al objetivo. Pero fue profundo la intensidad de la pasión con la que lo hicieron.
Él conocía su meta: poseerla. Ella temía por su destino: la iban a tener.
Breve fue el acto pero no el proceso.
Entre el primer contacto, los ojos de ella se mantuvieron entre cerrados intentando sentir algo y verificar si él lo hacía. No podía creerlo. Él tenía los ojos cerrados.
Ella comprendió que algunas veces, para hacer cosas prohibidas, deben realizarse con mucha pasión.
Y el suceso ocurrió. Ella dejó que la tuvieran. Dejó que sus besos la enternecieran y que su ser fuera de él.
Y así pasó. Le dio su virginidad a un desconocido.
Mientras un beso terminaba, había otro esperando para ser dado. El tacto no podía faltar. Recorrieron dos mundos en un tiempo corto. Lograron encontrar vida en cada latido acelerado. Ambos estaban experimentando amor, deseo, ganas. Se estaban sintiendo los dos. Ambos tenían los ojos cerrados.
Era extraño, el dolor que sentía en el interior no significaba nada y a la vez todo. Colisión de emociones encontradas en un mismo instante sentía ella cada vez que él le sonreía. Sabía que le estaban mintiendo a su corazón, y aún así disfrutaba ver su sonrisa. Escuchaba sus latidos por tener su cabeza en el pecho de él, pero no pronunciaban su nombre. Simplemente eran latidos. Ambos tenían sus ojos abiertos.
Llegaron los besos de despedida. Ella con sus ojos entrecerrados y él besandola con tanta pasión.
La ropa volvió a acomodarse en el cuerpo de los dos desconocidos. Caminaron de la mano hasta el punto de despedida. Se sentían extraños porque sabían que sus vidas no encajaban. Era algo que no volvería a pasar. No había conexión. Dos galaxias habitando en un mismo universo encontradas por un momento y separadas en otro.
Dos besos sellaron el punto en común que construyeron, que posiblemente él lo guardaría como recuerdo #23 y ella como el número 1.
Fue allí como su vida se dividió en dos: antes de encontrarlo en su camino y el momento en que tuvo que marcharse.
Él ahora tiene los ojos abiertos pensando en cómo será su próximo encuentro, y ella mantiene los ojos cerrados haciendo memoria de su primer recuerdo.

sábado, 10 de mayo de 2014

La sombrilla

Hay días en que no sucede lo que esperas. La noche anterior termina de una manera esperanzadora de que al día siguiente todo va a mantenerse así, o incluso, va a ser mejor. Pero cuando amanece, ni siquiera ha salido el sol y te encuentras con un cielo oscuro lleno de agua, y tratas de sacarle lo positivo al momento: haces algo fuera de lo cotidiano con la fe en que "será un excelente día", porque el nuevo que empieza es único.

Las manecillas del reloj se mueven y aún sigue lloviendo. Y como es "lo más lógico" sacas una sombrilla para protegerte del agua. Continuas tu rutina, tus actividades diarias y la vida se equilibra, todo está plano. En el transcurso del día van sucediendo otras situaciones, pero por un sólo descuido, llámalo efecto mariposa, teoría del caso, causa-efecto, o simplemente, llámalo vida, pierdes la sombrilla. Y todo el día se centra en eso. Desmeritas todo lo que te rodea por estar pendiente de un objeto inanimado que puede ser sencillamente reemplazado, y no eres capaz de ver más allá de la nariz.

Por esa concentración, se crean momentos tensos que te hacen perder el equilibrio y entras en una depresión absoluta que no te queda otra opción en aceptar la realidad y adaptarte a estar de esa manera: deprimida.

Intentas buscar el porqué pasó lo que pasó, y es en ese entonces, cuando logras comprender en que tu día no esperado no fue provocado por la sombrilla, sino por ese momento que se salió de lo común cuando comenzó éste.

Luego sale a flote el condicional "si yo hubiera.." y lo haces culpable de todo lo ocurrido. Sin embargo, cuando lo suprimes de tus pensamientos, eres capaz de ver más allá y entiendes lo maravilloso que fue tu día: llovió, se mojan los zapatos, las personas se ríen de lo que pasó, se pierde la sombrilla, sigue la risa, se va la luz, sigue la risa, y finalizas el día compartiendo en la oscuridad en el balcón con un clima frío junto a lo mejor que puedes tener: tu familia.

Hay días en que no resulta como quisieras por simples detalles únicos  que decidiste realizar, pero así es la vida, sólo al final del día, todo lo malo se convierte en momentos imperfectamente perfectos, sólo porque eres adicta a lo impredecible y esperas con ansias las consecuencias, sean buenas o malas sin darle tanta importancia, porque de esa manera haces lo que más te gusta: vivir.

jueves, 23 de enero de 2014

22-23-24 de enero del 2014

Hoy por primera vez fui capaz de decir adiós a pesar de que mi vida entera estaba temblando y pensaba que no podía lograrlo. Pero lo hice. Le dije adiós a lo que más amaba. Era lo mejor, porque ese amor no era de vuelta y preferí que la libertad se apoderara y nos concediera alejarnos de la tristeza. Duele no tenerlo más pero será un bien para mí, para no seguir sufriendo y anhelando algo que nunca recibí. Sólo es cuestión de estar preparada y disfrutar las altas y las bajas de esta gran montaña rusa llamada "La Vida".

domingo, 19 de enero de 2014

Cuando él le fue infiel a ella

Hay un vacío en el corazón de esa mujer. Ella siente como se acelera su pulso y es algo que no puede controlar. Quedó hecha pedazos cuando conoció la verdad. Había siempre vivido en una mentira que alimentaba su felicidad día tras día. Eran demasiadas cosas para un solo momento. No podía escuchar más sus palabras porque sólo le traían recuerdos irreales de algo que ella creía real. No podía comprender cómo una sola persona le pudo hacer tanto daño. Y lo que más le molestaba era que aún lo amaba. Era eso lo que la destrozaba más.
Ella se encontraba sentada en el borde de la cama con las manos tapando su rostro mientras él estaba recostado en la pared con la mirada dirigida hacia el suelo con las manos en los bolsillos oyendo los sollozos de aquella belleza.
Era una mujer muy linda, destacaba por sus ojos marrones y su cabellera negra. Pero más que por su físico resaltaba entre todas por poseer un corazón lleno de alegría, de compasión, de humildad, de sencillez y sobre todo, lleno de amor.
Era un ser humano que no tenía igual. Pero él no pudo observar eso.
Ella secó sus lágrimas con sus nudillos, alzó la vista y duró un rato mirando el techo. En eso, dirige su mirada a los ojos de él mientras pensaba en el bello color verde que deslumbrada rodeando sus pupilas.
 -¿Cómo pudiste hacer eso?-  Preguntó ella con un tono de melancolía mientras las lágrimas recobraban vida.  -No te imaginas el dolor que me has causado. Y, ¿sabes qué me duele más? El hecho de amarte. Eso es lo que me está torturando ahora mismo.
Comenzó a llorar de nuevo. Su respiración se entrecortaba y él la miraba con un brillo en los ojos que nunca antes había tenido.
-Y es que no logro entender en cómo hiciste. Es decir, cómo tuviste el coraje de decirme "Te amo, eres lo más hermoso que he conocido en toda mi vida" y después mirar a la otra a los ojos y darle besos en el cuello llevándola hasta el punto de hacer el amor con una mujer distinta a mí.-  Había dibujado una sonrisa sarcástica en su semblante mientras tenía las mejillas y los ojos hinchados y de color carmesí.
Tomó un respiro, exhaló por la boca, colocó sus manos en la cadera y prontamente alzó la derecha señalando hacia algún sitio: -¡¿Es acaso eso posible?!, ¿de verdad un ser humano tiene esa habilidad de engañar, de lucir la mejor sonrisa y decir que todo está bien? Porque si es así, enséñame. Enséñame a serte infiel, a jugar contigo y luego ver a escondidas a otro hombre por ratos en donde comparta besos, caricias y que cada noche me haga suya.
El hombre no aguantó más y comenzó a llorar suplicándole que lo perdonara, que fue un error que había cometido. Ella no podía contener la ira y la vergüenza que sentía. Le dio varios golpes en el pecho gritando y preguntando el porqué le había hecho eso.
Después hubo un momento de silencio. No se escuchaba nada en la habitación salvo por el corazón acelerado de la joven y su respiración forzada.
-Nunca te mentí cuando dije que eras lo más lindo que había conocido en mi vida. Ahora no sé cómo podré olvidarte pero intentaré lograrlo.- Hizo un paso hacia atrás, recogió su bolso y se dirigió a la puerta. Se detuvo por un instante, se dio media vuela, lo miró a los ojos detenidamente y dijo:
-Hasta hoy te amé. Adiós amor de otra y nunca mío.- Y ella se fue.

sábado, 18 de enero de 2014

Sin alas

Algunas veces sueño con ser un ave que vuela por los altos cielos sintiéndome viva cuando la brisa está junto a mi. Sueño con que desciendo hacia los mares y puedo ver mi reflejo libre que vive el momento con tanta pasión. Y algunas veces siento como los rayos del sol se apoderan de mí haciéndome sentir feliz, libre, bendecida. Y cuando creo que todo es perfecto, oigo el silbido de alguien que me llama para que regrese. Gentilmente despliego mis alas y me dispongo a regresar a casa, en donde está mi otra mitad. Recorro los cielos, esquivo los árboles con agilidad, veo otros animales que gozan de su naturaleza respirando la pureza de la vida. De pronto, se va aclarando la imagen de una casa. La mía. Mi hogar. Entro por la ventana que tiene la vista junto a la pradera. Observo y lo veo. Él está ahí. Me estaba esperando. Había preparado mi comida favorita y me alimenté. Cuando acabé, lo noté extraño, diferente a como acostumbra ser. Sigilosamente se acercó a mi y antes de que pudiera hacer algo pude comprender por primera vez lo que era el dolor, el sufrimiento, la agonía. No aguantaba más. De mis ojos empezaron a brotar las lágrimas que nunca había derramado y no podía comprender nada. Él me había arrancado las alas. Me colocó en una jaula vieja y la tapó con un trapo sucio que estaba roto.
No recuerdo cuanto tiempo había transcurrido desde que estaba en ese lugar frío y oscuro, donde no había afecto, calor. No podía recordar lo que era volar, lo que era ser libre, lo que era sentir los rayos del sol. No recordaba nada. 
Después de un tiempo, mientras dormía bajo aquellas rejas oxidadas que enciman tenían una tela marrón, pude notar, a través de un agujero, como él bajaba las escaleras y supuse que se dirigía a la puerta. Alcancé a ver como salía por la puerta de enfrente y lo vi con una gran sonrisa. Una sonrisa que nunca se dibujó en su rostro cuando yo era importante para él. Cuando analizo un poco más la situación veo como otra ave llega y juega con él. Ella mueve sus alas y él se ríe y se divierte con ella. Y fue ahí cuando comprendí que me había reemplazado, y peor aún, que ya me había olvidado. 
Me cambió por otra ave con colores más vívidos y se olvidó de su pequeña. Olvidó que yo aún seguía ahí preocupándome por él bajo el trapo sucio con telarañas que cubrían una jaula oxidada, pero esta vez, yo me preocupaba por él sin alas.

viernes, 17 de enero de 2014

Lo que a veces sucede

¿Te ha pasado alguna vez que los sentimientos que le tienes a alguien y la manera en cómo se lo demuestras no son correspondidos? Bueno, eso le pasó a una gran amiga mía. Cuando ella lo conoció, se convirtió en un gran amigo para ella, compartían gustos, secretos, historias, sueños; y hubo un momento en que compartieron amor. Ella me cuenta todo, somos muy unidas y sí, era esa clase de amor en el que uno cree que es único, inigualable, "jamás en mi vida había me había sentido así de especial" bla bla bla. Pero con el tiempo sientes que esa clase de "este amor no tiene un dos" se va desapareciendo por parte de la persona a la que tú amas. Notas como la distancia se apodera de la relación, son pocas las veces que se hablan, "se ven menos, se ignoran más"; y es así en como la confianza por parte tuya empieza a disminuir porque ya no tiene una razón para mantenerse estable. Luchas y luchas y sigues luchando por mantener esa llama de amor encendida, pero, BOOM, chocas con la realidad y te das cuenta que estás dando mucho más de lo que deberías dar. Entra la ira, el desespero, la tristeza, la rabia sólo porque tu pareja no está a la altura en la que tú te encuentras pero todo parece cambiar cuando esa persona, tu "complemento", llega, se excusa por no haber estado presente, por todas las faltas que ha hecho y te pide una segunda oportunidad. Piensas y piensas y sigues pensando en qué hacer al respecto, escuchas a tu conciencia (las dos caras: la buena y la mala) y comienzas a equilibrar la balanza de tu relación optando por la opción de otro chance. Aceptas. 
Todo continúa como antes. Siguen siendo uno, un río, pero esta vez el río posee varias piedras que lo han cambiado para siempre. Mientras ese río va recorriendo diferentes terrenos que lo hace grande y cauteloso, también va recogiendo piedras mucho más grandes y pesadas y llegará un momento en que el río no existirá, ya no habrá transparencia sino piedras.
Cuando crees que ya no puedes seguir así porque cada día te consumes más, intentas dejar todo tal y como está pero no lo logras por pensar en que ese granito de esperanza puede llegar a crecer y te mentalizas que puedes lograrlo, que puedes conseguir a que todo fuera como antes, y es tanta la emoción y la alegría de convertir ese sueño en realidad que buscas diferentes caminos para mantener la esperanza y las ilusiones en alto, pero lo que no sabes es que a medida que vas cruzando otros caminos, notas cosas ocultas, cosas que nunca creías imaginar, cosas que te dan un gran golpe en la esperanza y todo se viene abajo.
Ahora conoces la verdad, todo el tiempo estuvo allí y nunca la viste porque esa persona te cegó. El amor nunca ciega, es algo muy hermoso y muy bello. El amor es una bendición, sólo que hay que encontrar ese amor que reside en la persona que te merece y mereces.

Y pues bueno, mi amiga aún sigue ahí, intenta equilibrar su balanza para sentirse bien, pero ya ella sabe que su felicidad vale mucho y le dará prioridad. Eso es lo bueno de las reflexiones. Es lo positivo de mirarse en el espejo.