¿Te ha pasado alguna vez que los sentimientos que le tienes a
alguien y la manera en cómo se lo demuestras no son correspondidos? Bueno, eso
le pasó a una gran amiga mía. Cuando ella lo conoció, se convirtió en un gran
amigo para ella, compartían gustos, secretos, historias, sueños; y hubo un
momento en que compartieron amor. Ella me cuenta todo, somos muy unidas y sí,
era esa clase de amor en el que uno cree que es único, inigualable, "jamás
en mi vida había me había sentido así de especial" bla bla bla. Pero con
el tiempo sientes que esa clase de "este amor no tiene un dos" se va
desapareciendo por parte de la persona a la que tú amas. Notas como la
distancia se apodera de la relación, son pocas las veces que se hablan,
"se ven menos, se ignoran más"; y es así en como la confianza por
parte tuya empieza a disminuir porque ya no tiene una razón para mantenerse
estable. Luchas y luchas y sigues luchando por mantener esa llama de amor
encendida, pero, BOOM, chocas con la realidad y te das cuenta que estás dando
mucho más de lo que deberías dar. Entra la ira, el desespero, la tristeza, la
rabia sólo porque tu pareja no está a la altura en la que tú te encuentras pero
todo parece cambiar cuando esa persona, tu "complemento", llega, se
excusa por no haber estado presente, por todas las faltas que ha hecho y te
pide una segunda oportunidad. Piensas y piensas y sigues pensando en qué hacer
al respecto, escuchas a tu conciencia (las dos caras: la buena y la mala) y
comienzas a equilibrar la balanza de tu relación optando por la opción de otro
chance. Aceptas.
Todo continúa como antes. Siguen siendo uno, un río, pero esta vez
el río posee varias piedras que lo han cambiado para siempre. Mientras ese río
va recorriendo diferentes terrenos que lo hace grande y cauteloso, también va
recogiendo piedras mucho más grandes y pesadas y llegará un momento en que el
río no existirá, ya no habrá transparencia sino piedras.
Cuando crees que ya no puedes seguir así porque cada día te consumes
más, intentas dejar todo tal y como está pero no lo logras por pensar en que
ese granito de esperanza puede llegar a crecer y te mentalizas que puedes
lograrlo, que puedes conseguir a que todo fuera como antes, y es tanta la
emoción y la alegría de convertir ese sueño en realidad que buscas diferentes
caminos para mantener la esperanza y las ilusiones en alto, pero lo que no
sabes es que a medida que vas cruzando otros caminos, notas cosas ocultas,
cosas que nunca creías imaginar, cosas que te dan un gran golpe en la esperanza
y todo se viene abajo.
Ahora conoces la verdad, todo el tiempo estuvo allí y nunca la
viste porque esa persona te cegó. El amor nunca ciega, es algo muy hermoso y
muy bello. El amor es una bendición, sólo que hay que encontrar ese amor que
reside en la persona que te merece y mereces.
Y pues bueno, mi amiga aún sigue ahí, intenta equilibrar su
balanza para sentirse bien, pero ya ella sabe que su felicidad vale mucho y le
dará prioridad. Eso es lo bueno de las reflexiones. Es lo positivo de mirarse
en el espejo.
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